Teléfono de Graham Bell (ca.1876) |
El Teléfono, es instrumento de comunicación,
diseñado para la transmisión de voz y demás sonidos hasta lugares remotos
mediante la electricidad, así como para su reproducción. El
teléfono contiene un micrófono (transmisor) que recibe el impacto
de ondas de sonido. El micrófono transforma las vibraciones en
impulsos eléctricos. La corriente eléctrica así generada se transmite a
distancia. Un altavoz (receptor) vuelve a convertir la señal eléctrica en
sonido.
En el lenguaje coloquial, la palabra “teléfono”
también designa todo el sistema al que va conectado un aparato de teléfono. Un
sistema que permite enviar no sólo voz, sino también datos, imágenes o cualquier
otro tipo de información que pueda codificarse y convertirse en señal sonora.
Esta información viaja entre los distintos puntos conectados a la red. La red
telefónica se compone de todas las vías de transmisión entre los equipos de los
abonados y de los elementos de conmutación que sirven para seleccionar una
determinada ruta o grupo de ellas entre dos abonados.
En 1876, tras haber descubierto que para transmitir voz humana solo se podía utilizar una corriente continua, el inventor escocés nacionalizado en EE. UU. Alexander Graham Bell construyó y patentó unas horas antes que su compatriota Elisha Gray el primer teléfono capaz de transmitir y recibir voz humana con toda su calidad y timbre. Tampoco se debe dejar de lado a Thomas Alva Edison, que introdujo notables mejoras en el sistema, entre las que se encuentra el micrófono de gránulos de carbón.
El 11 de junio de 2002, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución 269 por la que reconoció que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci y no Alexander Graham Bell. En la resolución, aprobada por unanimidad, los representantes estadounidenses estiman que «la vida y obra de Antonio Meucci debe ser reconocida legalmente, y que su trabajo en la invención del teléfono debe ser admitida». Según el texto de esta resolución, Meucci instaló un dispositivo rudimentario de telecomunicaciones entre el sótano de su casa de Staten Island (Nueva York) y la habitación de su mujer, en la primera planta.
Teléfono Magnetico de Graham Bell. |
En 1854, el inventor francés Charles Bourseul planteó la posibilidad de utilizar las vibraciones causadas por la voz sobre un disco flexible o diafragma, con el fin de activar y desactivar un circuito eléctrico y producir unas vibraciones similares en un diafragma situado en un lugar remoto, que reproduciría el sonido original. Algunos años más tarde, el físico alemán Johann Philip Reis inventó un instrumento que transmitía notas musicales, pero no era capaz de reproducir la voz humana. En 1877, tras haber descubierto que para transmitir la voz sólo se podía utilizar corriente continua, el inventor estadounidense de origen escocés Alexander Graham Bell construyó el primer teléfono capaz de transmitir y recibir voz humana con toda su calidad y su timbre.
El conjunto básico del invento de Bell estaba formado por un emisor, un receptor y un único cable de conexión. El emisor y el receptor eran idénticos y contenían un diafragma metálico flexible y un imán con forma de herradura dentro de una bobina. Las ondas sonoras que incidían sobre el diafragma lo hacían vibrar dentro del campo del imán. Esta vibración inducía una corriente eléctrica en la bobina, que variaba según las vibraciones del diafragma. La corriente viajaba por el cable hasta el receptor, donde generaba fluctuaciones de la intensidad del campo magnético de éste, haciendo que su diafragma vibrase y reprodujese el sonido original.
En los receptores de los teléfonos más
modernos, el imán pasó a ser plano como una moneda y el campo magnético que
actuaba sobre el diafragma de hierro era de mayor intensidad y homogeneidad. Los
transmisores llevaban un diafragma muy fino montado debajo de una rejilla
perforada. En el centro del diafragma había un pequeño receptáculo con los
gránulos de carbono. Las ondas sonoras que atraviesan la rejilla provocan un
vaivén del receptáculo. En el movimiento descendente, los gránulos quedan
compactados y producen un aumento de la corriente que circula por el
transmisor.
Dado que el transmisor de carbono no
resultaba práctico a la hora de convertir energía eléctrica en presión sonora,
los teléfonos fueron evolucionando hacia receptores separados de los
transmisores. Esta disposición permite colocar el transmisor cerca de los labios
para recoger el máximo de energía sonora, y el receptor en el auricular, lo cual
elimina los molestos ruidos de fondo. En estos teléfonos, el receptor seguía
siendo un imán permanente con un arrollamiento de hilo conductor, pero con un
diafragma de aluminio sujeto a una pieza metálica. Los detalles del
diseño han experimentado enormes mejoras, pero el concepto original continúa
permitiendo equipos robustos y eficaces.
El equivalente eléctrico del imán permanente
es una sustancia plástica denominada electreto. Al igual que un imán permanente
produce un campo magnético permanente en el espacio, un electreto genera un
campo eléctrico permanente en el espacio. Tal como un conductor
eléctrico que se mueve en el seno de un campo magnético induce una corriente, el
movimiento de un electrodo dentro de un campo eléctrico puede producir una
modificación del voltaje entre un electrodo móvil y otro estacionario en la
parte opuesta del electreto. Aunque este efecto se conocía de antiguo, fue sólo
una curiosidad de laboratorio hasta la aparición de materiales capaces de
conservar una carga electrostática durante años. Los transmisores telefónicos
actuales se basan actualmente en este efecto, en vez de en la variación de la
resistencia de los gránulos de carbono en función de la presión.
Hoy día los micrófonos de carbono han sido
sustituidos por micrófonos de electretos, que son más pequeños y baratos,
reproducen mejor el sonido y son más robustos que aquéllos. La amplificación de
la señal se consigue utilizando circuitos electrónicos (de
transistores y/o circuitos integrados). El receptor es
normalmente un altavoz de pequeño diámetro, sea de diafragma o de cono
vibrante.
El Teléfono actual
El teléfono inteligente o inteléfono (en inglés: smartphone) es un tipo teléfono móvil construido sobre una plataforma informática móvil, con una mayor capacidad de almacenar datos y realizar actividades, semejante a la de una minicomputadora, y con una mayor conectividad que un teléfono móvil convencional. El término «inteligente», que se utiliza con fines comerciales, hace referencia a la capacidad de usarse como un computador de bolsillo, y llega incluso a reemplazar a una computadora personal en algunos casos.
Generalmente, los teléfonos con pantallas táctiles son los llamados “teléfonos inteligentes”, pero el soporte completo al correo electrónico parece ser una característica indispensable encontrada en todos los modelos existentes y anunciados desde 2007. Casi todos los teléfonos inteligentes también permiten al usuario instalar programas adicionales, habitualmente incluso desde terceros, hecho que dota a estos teléfonos de muchísimas aplicaciones en diferentes terrenos; sin embargo, algunos teléfonos son calificados como inteligentes aún cuando no tienen esa característica.
Entre otros rasgos comunes está la función multitarea, el acceso a Internet vía Wi-Fi o red 4G, función multimedia (cámara y reproductor de videos/mp3), a los programas de agenda, administración de contactos, acelerómetros, GPS y algunos programas de navegación, así como ocasionalmente la habilidad de leer documentos de negocios en variedad de formatos como PDF y Microsoft Office.
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Bibliografía
"Teléfono." Microsoft®
Encarta® 2009 [DVD]. Microsoft Corporation, 2008.